PARDELA CENICIENTA CANARIA

(Calonectris borealis)

Con su gran envergadura, la pardela cenicienta es una de nuestras mayores aves marinas. De hábitos pelágicos, está ampliamente distribuida por el Atlántico y el Mediterráneo, donde crían sendas subespecies diferentes en Canarias, por un lado, y en el archipiélago balear y otras islas mediterráneas, por otro.

Aunque ambas subespecies se encuentran amenazadas, la que nidifica en el Mediterráneo presenta una peor situación. En 2013 la pardela cenicienta fue declarada Ave del Año por SEO/BirdLife.

Clasificación

Longitud

Envergadura

Orden Procellariiformes; familia Procellariidae

45 –  56 cm

120 – 125 cm

Identificación

Es un ave marina grande y la mayor de las pardelas presentes en Europa. Posee cabeza robusta y redondeada. Exhibe una coloración apagada, con colores pardo grisáceos en las zonas superiores que llegan hasta la zona inferior del pico; por abajo luce color blanco prácticamente en su totalidad, salvo en el borde externo de las alas, que es oscuro. Tiene el pico amarillento, con el extremo negruzco. No existen diferencias apreciables entre sexos ni edades. Cuando vuela intercala largas secuencias de planeo con unas pocas secuencias de aleteo, en las que bate las alas cinco o seis veces para remontar.

Canto

Aunque silenciosa en mar abierto, la pardela cenicienta es extremadamente ruidosa en las colonias de cría, cuando emite lúgubres y sobrecogedores sonidos nasales y lastimeros, a modo de aaua, ahuaa, aughuaac.

Dónde vive

EN EL MUNDO

Esta ave marina pelágica se encuentra presente en los océanos Atlántico y Pacífico, así como en el mar Mediterráneo. Se reconocen dos subespecies.

EN ESPAÑA

La subespecie borealis se reproduce en las islas Canarias, donde se trata del ave marina más abundante. La subespecie diomedea, algo más pequeña y clara que la anterior, cría en las islas Baleares, Chafarinas, Columbretes y en algunos islotes de Murcia y Almería. Fuera de la época de reproducción, la especie también puede observarse en otros lugares costeros, sobre todo en el estrecho de Gibraltar, por donde pasa prácticamente la totalidad de la población de la subespecie diomedea en sus migraciones pre y posnupciales.

DESPLAZAMIENTOS

Esta ave marina, altamente pelágica y migradora, solo acude a la costa para reproducirse. Después de la época de cría, los individuos de la subespecie borealis migran desde las islas macaronésicas hacia las costas del Atlántico oeste, primero al litoral sudamericano, para luego remontar hacia el hemisferio norte. De igual forma, la subespecie diomedea abandona los lugares de nidificación tras el periodo reproductor, a través del estrecho de Gibraltar, para desplazarse hasta las costas de Sudáfrica. Parece que los ejemplares adultos tienden a realizar desplazamientos menos largos que los inmaduros.

POBLACIÓN

En Europa se estima que existen entre 140.000 y 210.000 parejas, de las cuales unas 90.000-150.000 pertenecen a la subespecie borealis y en torno a 60.000 a la subespecie diomedea. En territorio español se calcula que hay unas 40.000 parejas reproductoras (datos del año 2004), de las que 30.000 corresponden a la subespecie borealis en el archipiélago canario, donde la principal colonia de cría (8.000- 10.000 parejas) se sitúa en la isla de Alegranza. Las otras 10.000 parejas, según estimas conservadoras, conforman la población reproductora en aguas mediterráneas de diomedea, subespecie más amenazada que la primera y cuyas principales colonias se encuentran en la isla de Menorca, siendo los demás núcleos reproductores de menor entidad. En general, ambas subespecies sufren una tendencia regresiva, a pesar de las medidas de protección puestas en marcha en las dos últimas décadas.

Cómo vive

HÁBITAT

Esta especie pelágica vive en mar abierto, tanto sobre la plataforma continental como fuera de ella. Durante la época de cría ocupa para nidificar costas rocosas abruptas, fundamentalmente en islas. En este periodo suelen concentrarse en gran número al atardecer posadas en el agua frente a las colonias de reproducción, formando unas características agrupaciones conocidas como “balsas” de pardelas.

ALIMENTACIÓN

Los principales componentes de su dieta son los pequeños peces, como sardinas y boquerones, y también crustáceos y cefalópodos. Además destaca la importancia que pueden llegar a tener los descartes pesqueros, por lo que resulta frecuente verla siguiendo a barcos de pesca. Es capaz de sumergirse y nadar bajo el agua algunos metros para conseguir el alimento.

DESPLAZAMIENTOS

Esta ave marina, altamente pelágica y migradora, solo acude a la costa para reproducirse. Después de la época de cría, los individuos de la subespecie borealis migran desde las islas macaronésicas hacia las costas del Atlántico oeste, primero al litoral sudamericano, para luego remontar hacia el hemisferio norte. De igual forma, la subespecie diomedea abandona los lugares de nidificación tras el periodo reproductor, a través del estrecho de Gibraltar, para desplazarse hasta las costas de Sudáfrica. Parece que los ejemplares adultos tienden a realizar desplazamientos menos largos que los inmaduros.

REPRODUCCIÓN

Cría en colonias situadas en islotes y acantilados costeros, a menudo dentro de cuevas, en las que dispone el nido en el interior de túneles naturales o en huras que excava ella misma. La ocupación de los nidos suele comenzar en marzo. Realiza una sola puesta y de un único huevo, de color blanco, incubado por ambos sexos durante unos 55 días. Al pollo lo cuidan sus dos padres durante los primeros días; después, cuando está más avanzado su desarrollo, pasa a ser alimentado solamente de noche, cuando los progenitores regresan a la colonia. Los jóvenes pueden permanecer hasta 90 días en el nido. Cuando han llegado casi al final de su desarrollo, sus padres los abandonan y deben aprender por sí mismos a pescar, momento en el cual se dan los mayores índices de mortalidad juvenil. Hasta los cuatro o seis años de edad no empiezan a criar.

Amenazas y conservación

Varios son los motivos que están causando la regresión de la pardela cenicienta. El principal factor de mortalidad no natural de la especie, tanto en áreas de cría como de invernada, parece provenir de la intensificación de la pesca con palangres, que ocasiona un alto número de muertes accidentales; además, este problema afecta en gran medida a adultos reproductores, lo que en el caso de una especie longeva y con un bajo número de pollos por pareja y año puede inducir graves declives en un corto periodo de tiempo. Otra causa muy importante de su retroceso se debe a la introducción en las islas e islotes donde cría de depredadores como gatos asilvestrados y ratas, capaces de hacer desaparecer por completo colonias que no estén situadas en zonas muy inaccesibles. La intensificación del uso del litoral también puede repercutir sobre el éxito reproductor de la especie. Además, en Canarias se cita el deslumbramiento de los jóvenes en sus primeros vuelos, por culpa de las luces urbanas. La posibilidad siempre existente de vertidos de hidrocarburos constituye una amenaza constante para todas las aves marinas. Por último, aunque parece una costumbre prácticamente erradicada, su captura para consumo humano ha ocurrido de forma tradicional en las islas hasta tiempos recientes. La subespecie diomedea se incluye en el Libro Rojo de las aves de España (2004) como “En peligro”, mientras que la subespecie borealis figura como “Vulnerable”. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, la pardela cenicienta aparece como “De interés especial”.